Primeras Palabras
Al publicar el último Especial de Política Sexual en Tiempos de Pandemia de 2020, planteamos la hipótesis de que, a lo largo de 2021, con la llegada de las vacunas, el COVID-19 ya no podría ser nuestro tema principal. Sin embargo, este no fue el caso. Desde entonces, en el sur del ecuador, las infecciones han seguido su curso y han estallado nuevos brotes, siguen surgiendo nuevas variantes, y las brutales desigualdades en el acceso a la vacuna hacen que el horizonte del fin de la pandemia quede muy lejano. Además, en el escenario político global, la tendencia a la autocracia persiste o empeora, así como graves crisis políticas en algunos países y, en otros, han estallado nuevas convulsiones políticas y sociales. Sobre todo, las desigualdades, en todas sus manifestaciones, se han agravado. Una vez más, por lo tanto, se necesita una descripción general de la pandemia y sus efectos antes de mirar más de cerca las dinámicas y los hechos más relevantes de la política sexual.
Contribuciones Especiales
Es esa edición traemos tres contribuciones de colaborador@s. La primera y más significativa es un texto de Fernando Serrano que echa una mirada panorámica en los estudios de caso del Proyecto Género y Política en América Latina, coordinado por SPW y cuyos resultados ha sido publicados en 2020. También publicamos un artículo exclusivo de Angel Pineda sobre los primeros momentos de la llegada de Pedro Castillo a la presidencia de Peru, y sus potenciales implicaciones para la política de género y sexualidad. Finalmente, compartimos el texto de Humberto Meza, Monica Herz, Sonia Corrêa y Lena Lavinas sobre la continuada crisis de Nicarágua y la afasia de las izquierdas brasileñas frente a la destrucción de la democracia en el país, originalmente publicado por O Globo en Brasil.
Buena lectura!!
Estado de la Pandemia
Hasta julio de 2021, se habían registrado más de 192 millones de casos y más de 4 millones de muertes por COVID-19 en todo el mundo. Las campañas de vacunación que comenzaron a fines de 2020 han comenzado a frenar estos números, pero nada indica que Sars-Cov-2 se erradicará pronto. Las nuevas variantes del virus, la desigualdad en la distribución y aplicación de vacunas, así como los impactos socioeconómicos de la pandemia sugieren que la hipótesis del carácter sindémico del COVID-19, de la que hablamos en el balance del primer año de la pandemia se está confirmando. En el Sur Global, las tasas de infección persisten y han estallado nuevos brotes desde enero. Mientras que en el continente africano apenas se empiezan a vacunar grupos prioritarios, en EE.UU., Europa, Australia, Nueva Zelanda e incluso en Chile y Uruguay ya se habla de dosis de refuerzo para los próximos meses.
Como es bien sabido, América del Sur ha registrado altas tasas de casos y muertes desde el inicio de la pandemia y, aunque avanza la vacunación, países como Paraguay y Colombia aún enfrentan grandes brotes de la enfermedad. En junio, en el conjunto de la región, la incidencia de nuevos casos diarios fue casi 10 veces superior a la registrada en Europa. En Asia en su conjunto, aunque la pandemia se ha enfriado en India, las muertes pueden haber alcanzado los 4 millones , y países como Tailandia, Vietnam e Indonesia se encuentran ahora en sus peores cifras. Lo mismo ocurre en África, una región donde COVID-19 parecía relativamente contenido en oleadas anteriores, pero ahora ha explotado, por ejemplo, en Túnez, Sudáfrica y Uganda. Estas tendencias sugieren que, si bien la letalidad pandémica fue inicialmente incomparablemente más alta en los países ricos, este patrón está cambiando como resultado de las diferentes vulnerabilidades y disparidades en el acceso a las vacunas.
En los países donde las campañas de vacunación están yendo bien, la propagación del virus y las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 se van reduciendo y hay signos de reanudación de la actividad económica. Pero como muestra este mapa publicado por el New York Times, existen feroces discrepancias interregionales en el acceso a las vacunas y la velocidad de la vacunación. La situación en los países africanos es especialmente dramática y refleja tanto los problemas de compra de insumos mediante el mecanismo COVAX como otras barreras para acceder a la tecnología de las vacunas, como las restricciones derivadas de las patentes. Pero, como bien analiza Mathias Alencastro, el “apartheid sanitario africano” tiene orígenes muy profundos.
Además, la tendencia deletérea registrada al inicio de la pandemia, de que la corrupción se estaba afianzando en el circuito de compras de insumos para combatir el COVID-19, ahora se extiende a las compras de vacunas. Brasil, el segundo país con mayor número de muertes en el mundo, es hoy también el epicentro de estos escándalos, en los que están implicados militares que ocupan cargos de alto nivel en el gobierno de Bolsonaro. Y, hay indicios de que el retraso en la compra de vacunas está relacionado con esta dinámica de corrupción.
Adicionalmente, al interior de los países, también existen diferencias en el acceso a la vacuna relacionadas con las desigualdades raciales y sociales. Y, como muestra el COVID-19 Sex-Disaggregated Data Tracker, también con respecto al sexo/género. En Estados Unidos, Argentina y Brasil, por ejemplo, las mujeres se vacunan más, posiblemente porque la masculinidad dominante hace que los hombres sean reacios a las medidas de protección de la salud. En India y Afganistán, sin embargo, las normas patriarcales que excluyen a las mujeres de la vida pública funcionan en la dirección opuesta, es decir, las mujeres tienen más barreras para buscar servicios de salud, incluidas las vacunas. En India, la diferencia entre géneros en el acceso a la atención médica puede explicar parte del gran sub-registro de muertes por COVID-19. Pero también es necesario dar cuenta de la desconfianza y las campañas antivacunas, cuyo efecto ha sido más palpable en los países ricos que en el Sur global. Y aunque la negación o desconfianza hacia la vacuna está disminuyendo, sigue siendo muy alta en Rusia (47%), Australia (31%), Japón (23%), Estados Unidos (30%) y Francia (21%).
Finalmente, a medida que avanza la pandemia, la vulnerabilidad diferenciada, por clase, raza y lugar de residencia, queda más expuesta. A nivel mundial, las tasas de mortalidad son más altas en el caso de poblaciones negras, pueblos indígenas, inmigrantes y latinas (especialmente en EE.UU.), habitantes de barrios pobres, personas sin hogar y también otros grupos minoritarios y discriminados. En cuanto a la raza, los estudios disponibles sobre Brasil y Estados Unidos son mordaces al respecto. Desde una perspectiva global, la lentitud y precariedad de la vacunación en el contexto africano también debe interpretarse como otro reflejo de las discrepancias raciales en morbilidad y letalidad.
Y, en muchos contextos, el género y la reproducción también significan un mayor riesgo de mortalidad. En Brasil, por ejemplo, en mayo de 2021, la letalidad entre las mujeres embarazadas y puérperas (7,2%) fue casi el triple de la registrada en el conjunto de la población (2,8%). Además, según la OPS, a pesar del aumento del riesgo, la adherencia de las mujeres embarazadas a la vacuna estuvo por debajo de las expectativas (ver también el boletín de la Fiocruz).
La persistencia de la pandemia también ha creado barreras adicionales para acceder a la salud de manera más amplia, es decir, tratar otras enfermedades y responder a otras necesidades de salud. La atención de la salud sexual y reproductiva y a los servicios de aborto se ha visto particularmente afectada. La OMS estima que alrededor de 23 millones de niños dejaron de vacunarse contra enfermedades básicas. En Brasil, las cirugías de adecuación de género del SUS (Sistema Único de Salud) cayeron un 70% en 2020.
Economía en la Pandemia
La COVID-19 también es una crisis económica. Provocó una feroz recesión, destruyó sectores productivos, profundizó y recreó patrones de desigualdad y exclusión. En el primer especial, subrayamos que la escala y velocidad de la crisis que se anunciaba estaban vinculadas a las condiciones del capitalismo en el siglo XXI: intensificación de la circulación de capitales, bienes y personas, cadenas productivas globales y altos estándares de desigualdad. Y, a medida que se propagaba la pandemia, se vio que sus drásticos efectos estaban, sobre todo, determinados por la desfinanciación o privatización de los sistemas públicos de salud, la precariedad del trabajo, la erosión de los derechos laborales y otras redes de protección, impactos resultantes de muchas décadas de políticas neoliberales.
Y, muy rápidamente, la crisis se denominó fortuitamente “shecession” (“la recesión de ellas”), ya que más de la mitad de los 453 millones de personas que podrían caer en la pobreza para 2030 son mujeres (ver compilación en inglés) que trabajan en el sector informal, especialmente el trabajo doméstico y el trabajo sexual. Estos efectos de género, atravesados por diferencias de clase y raza, no desaparecerán en un futuro próximo y, como analiza con precisión el artículo de Lancet, firmado por el director de la OMS, directorxs de UNIFEM, UNFPA, ONUSIDA y Amnistía International, Relatoras Especiales de la ONU, y feministas como Gita Sen y Débora Diniz, la crisis sanitaria y económica de COVID-19 requiere un compromiso sólido con la igualdad de género, incluso debido a los efectos nocivos en la salud, especialmente sexual y reproductiva.
Más recientemente, sin embargo, ha ganado visibilidad otro impacto social dramático de la pandemia: el crecimiento masivo en el número de huérfanxs debido al aumento de la letalidad de lxs más jóvenes. Esta crisis es global y las cifras disponibles para India y Brasil son alarmantes (ver compilación). La orfandad resultante del COVID-19, por un lado, no se disocia de las cuestiones de género, debido al papel de la mujer en la llamada economía del cuidado. Por otro lado, sus consecuencias sociales en términos de niveles de pobreza y acceso a la educación no se pueden ponderar en ausencia de políticas sólidas de protección social que, de hecho, no existen en la mayoría de los países.
Sin embargo, es importante mencionar que la crisis económica y social derivada del COVID-19 también calentó los debates en torno a la urgencia de enfrentar las desigualdades. Programas de transferencias de fondos de emergencia fueron adoptados inesperadamente por muchos países, tanto al sur como al norte del Ecuador, y se reabrieron discusiones que estaban encerradas en los cajones de la gestión neoliberal. El Fondo Monetario Internacional (FMI), máximo gestor de la austeridad fiscal, recomendó la continuación de los paquetes en 2021. Y otras instituciones hegemónicas adoptaron fuertes discursos sobre la desigualdad, como, por ejemplo, el Foro Económico de Davos, que fue crítico severo al neoliberalismo. En julio de 2020, 80 personas entre las más ricas del mundo también hicieron una declaración pública pidiendo impuestos más altos sobre las grandes fortunas como uno de los posibles remedios para la crisis.
Este nuevo matiz fue, de hecho, acompañado por robustas inversiones estatales para contener la crisis en los países ricos, que desobedecen los cánones neoliberales. En mayo, la Comisión Europea propuso un paquete de recuperación postpandemia de 750 billones de euros, mientras que Alemania y Francia lanzaron un fondo conjunto de reconstrucción de 500 billones de euros; propuestas que inviertan en redistribución y en economía verde. Y, a principios de 2021, el recién electo gobierno de Biden lanzó su megapaquete de recuperación económica, considerado, en los más variados ámbitos, como una política neokeynesiana destinada a enterrar 40 años de neoliberalismo, como sugería un artículo de El País.
Seis meses después, en los EE.UU., La combinación de vacunación acelerada y estímulo económico está teniendo rápidos efectos económicos positivos. En Europa, los impactos aún no son tangibles, ya que el acuerdo conjunto aún está en proceso de ratificación. Estos signos son ciertamente positivos, pero aún no está claro si esta revisión de las políticas económicas en los países ricos tendrá los efectos esperados sobre la desigualdad, ni si se replicará en otros contextos nacionales. Como veremos a continuación, la inestabilidad política que reina en el escenario COVID-19 no favorece los compromisos gubernamentales para superar las desigualdades. Sobre todo, hay fuertes indicios de que ni siquiera la tragedia resultante de la pandemia puede revertir fácilmente la lógica de la acumulación capitalista en el siglo XXI que está en el origen de estas disparidades.
Si bien las condiciones sociales se vieron devastadas por el COVID-19, los muy ricos se hicieron mucho más ricos y, en algunos sectores, las grandes corporaciones aumentaron significativamente sus ganancias. Como analiza un nota de Oxfam Brasil, un factor clave en el agravamiento de las desigualdades durante la pandemia es la financiarización que, como ya había ocurrido en la crisis de 2008, fue retroalimentada por paquetes de emergencia. La digitalización de la economía es otro factor determinante: los propietarios y directores ejecutivos de las plataformas digitales son los que más se han beneficiado de la crisis. Por último, las empresas farmacéuticas y el sector sanitario privado fueron los otros grandes beneficiarios de la pandemia. En Brasil, donde la devastación causada por el COVID-19 ha sido caracterizada como genocidio, los propietarios de dos grupos privados de salud y una empresa farmacéutica, que se beneficiaron de la producción de cloroquina e ivermectina, están en la lista de multimillonarios de Forbes 2021. Lo mismo se aplica a India, otro país devastado por la pandemia, ya que el propietario de Serum, que produce la vacuna Covidshield (AztraZeneca), también es uno de los multimillonarios de 2021.
El estudio de Investors Watch del banco suizo UBS encuestó a 3.800 inversores, la mayoría de los cuales obtuvo importantes beneficios durante la pandemia. Según la encuesta, el 66% de ellos, incluidos los latinoamericanos, se sienten culpables por haber obtenido tantas ganancias en 2020 y el 45% se declara dispuesto a donar más a la caridad. Cabe preguntarse si la caridad es la respuesta a largo plazo más adecuada a la devastación social y económica provocada por el COVID-19, que, como sabemos, no se puede disociar de los efectos sistémicos de producir desigualdades. Además, como observa el investigador Gedeão Locks, nada indica que estos sentimientos persistan cuando la situación sanitaria y económica muestra signos de normalización.
Política: ¿Normalización de la Anormalidad?
El año 2021 comenzó con un evento político icónico: el ataque del 6 de enero al Capitolio (ver la cobertura especial en curso del New York Times). En Estados Unidos, desde entonces, se han restablecido las condiciones democráticas institucionales, pero en el resto del mundo la deriva autocrática, a menudo impulsada por las respuestas a la crisis del COVID-19, que venimos registrando desde nuestro primer especial COVID, siguieron su curso. No sólo surgieron nuevos focos de arbitrariedad, sino que sobre todo esta anormalidad política, como la propia pandemia, parece estar “normalizándose”.
El informe Autocratism Turns Viral, recién publicado por el V-Dem Institute, ofrece cifras cuantitativas robustas sobre esta ruta persistente hacia la desdemocratización como evidencia de que los niveles democráticos en 2020 han vuelto a los de 1990 y 2/3 de los países impusieron restricciones. sobre la libertad de prensa. Además, en el período enero-julio de 2021 se produjeron graves crisis políticas: dos golpes de Estado, un presidente asesinado y una rebelión orquestada. Y en América Latina hubo nuevas erupciones políticas y sociales, así como importantes procesos electorales.
Autocratismos: Más de lo Mismo
Europa
En Hungría, una ley discriminatoria contra las organizaciones no gubernamentales fue rechazada en el Congreso, pero el proyecto de ley sustitutivo no disipó los temores a la arbitrariedad. Y, más recientemente, ante las acusaciones de que el gobierno estaba utilizando el software espía Pegasus (más información aquí) como control político, el primer ministro Orbán anunció que convocará a referéndum sobre una ley que discrimina abiertamente a la comunidad LGBTQ +. En la Polonia, del ultraconservador Partido Ley y Justicia, continuaron las denuncias de violaciones de los derechos civiles, y llamamos la atención sobre el intento de debilitar los órganos de prensa (en SPglobal, con más detalle). En Bielorrusia, el régimen de Lukashenko continúa con la escalada represiva contra la prensa y la sociedad civil organizada, cuyo ápice fue el desvío de un vuelo comercial para detener a un periodista a bordo. Finalmente, una tendencia inquietante proviene de Alemania, donde los grupos de extrema derecha han ido ganando terreno en la política y la sociedad (aquí y aquí) a raíz de la crisis del COVID-19 y sus respuestas. Grecia, según informa Open Democracy, también está experimentando un nuevo giro más a la derecha en el contexto de las respuestas a la pandemia, con paralelismos entre las medidas tomadas por el gobierno conservador y lo que está sucediendo en Hungría.
Asia
En China, epicentro inicial de la pandemia, desde enero se han producido importantes hechos que añaden indicios de que el fortalecimiento del aparato de vigilancia estatal, diseñado para contener el COVID-19, sobre el que hemos escrito en ediciones anteriores, no se desvanecerá. El primero de ellos fue la apoteótica conmemoración de los 100 años del Partido Comunista, cuyo lema principal era “sin el PCC, China no existiría”. La conmemoración reflejó el poder y el control de Xi Jinping sobre la maquinaria del partido y proyectó la imagen de una China que asciende pacíficamente pero que no se inclinará ante otras naciones. A pesar de este tono pacifista, el presidente Xi dejó en claro que el control político sobre Hong Kong no se relajará, especialmente con respecto al sistema electoral y la libertad de expresión. También se registraron nuevas denuncias de violaciones de derechos humanos contra la minoría musulmana uigur y, como veremos más adelante, existen nuevas amenazas en el campo de la política sexual.
En India, en medio de la devastadora segunda ola de COVID-19 que azotó el país en abril y mayo, continúan los ataques a la libertad de expresión y la represión política por parte del régimen de Narendra Modi (aquí un análisis en inglés). Especialmente pavorosa fue la muerte por COVID-19 del sacerdote jesuita Stan Swamy, de 84 años, acusado por el régimen de terrorismo. Anand Grover, ex Relator Especial de Salud de la ONU, en un artículo para el periódico The Citizen, analiza los detalles del caso, sus antecedentes, las violaciones implicadas en prisión y muerte, y sus implicaciones a largo plazo para la política india. Según Grover, el trato al padre Stan es una advertencia de que lo mismo le sucederá a cualquiera que se posicione como disidentes del régimen. No menos relevante es el deterioro de los derechos humanos en Sri Lanka, donde, según un informe de Human Rights Watch, se está produciendo una nueva ola de intimidación a activistas y amenazas a las minorías tamiles y musulmanas, combinada con nuevos ataques contra el poder Judicial.
En Filipinas, el presidente Duterte, como ya lo había hecho cuando decretó un encierro al inicio de la pandemia, amenazó con arrestar a cualquiera que se negara a vacunarse contra el COVID-19. Esta amenaza tiene, de hecho, otro objetivo: la movilización de la sociedad civil local contra la represión sistemática del régimen. También llamamos la atención sobre la represión contra las movilizaciones iniciadas el año pasado en Tailandia pidiendo el fin de la monarquía. En Camboya, la pandemia ha sido instrumentalizada para amplificar las prácticas represivas del régimen gobernante (obtenga más información en inglés en The Guardian y Human Rights Watch).
África
También en el continente africano, Amnistía ha denunciado la instrumentalización del COVID-19 como pretexto para la represión y violaciones de derechos humanos en el Cuerno de África y en la región subsahariana, como Nigeria, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo y, especialmente Etiopía, donde se ha producido un conflicto armado desde 2020 (más información en la compilación). En Argelia, las elecciones legislativas estuvieron marcadas por la represión y arrestos de activistas del movimiento de oposición al régimen de Hirak. En Egipto, el régimen de Sisi permaneció en las noticias debido a la represión de los activistas de derechos humanos (más análisis en inglés en The Guardian y France24).
América Latina
Sin duda, Brasil destaca en términos de amenazas a las instituciones democráticas y los pactos sociales. La ofensiva autocrática en Brasil se intensificó claramente en el primer semestre de 2021. Y, como analiza André Petry, las amenazas golpistas se hicieron más frecuentes y explícitas a medida que las sospechas y acusaciones de corrupción en la compra de vacunas fueron expuestas en el CPI de COVID. El ala militar del gobierno, involucrada en los escándalos (leer recopilación aquí), ha adoptado los mismos mantras golpistas emitidos por el presidente JMB, como la declaración del ministro de Defensa condicionando las elecciones de 2022 a la aprobación del voto impreso. Esta obsesión del presidente, que emula el ejemplo de Trump frente a la ecuanimidad del sistema electoral en Estados Unidos, cobró estridencia (aquí y aquí) con la publicación de encuestas de intención de voto que señalan su derrota en la elección del próximo año. Ante la pérdida de popularidad, JMB también introdujo las motocicletas en su repertorio autoritario, copiando la estética del fascismo italiano, batió el récord de ofensas e insultos contra periodistas (mujeres en particular) y, a finales de julio, se reunió, en secreto, con una diputada de la ultraderecha alemana.
En Centroamérica, Bukele también amplió la agencia gubernamental en El Salvador, lanzando ofensivas contra las ONG, la prensa, la ley del aborto y la identidad de género (Lea comunicado de organizaciones de derechos humanos denunciando el alarmante deterioro de los derechos humanos en El Salvador). Sin embargo, en la subregión, la deplorable situación en Nicaragua es un capítulo aparte. El régimen Ortega-Murillo, que desde 2018 se encuentra en una incesante escalada de represión y violencia, ha desatado ahora una nueva ola de persecución a las fuerzas opositoras y a la prensa para comprometer las elecciones previstas para fin de año. Varias feministas, periodistas y pioneras sandinistas están en prisión o en el extranjero. Lea la compilación para obtener información más detallada sobre la escala y los efectos de la represión. También recomendamos la Rueda de Conversaciones organizada por la Revista Rosa, que revisa la trayectoria del régimen y, sobre todo, debate la afasia de la izquierda regional ante la tragedia política que vivió el país.
Nuevas Crisis
En Myanmar, se produjo un nuevo golpe militar en febrero de 2021, seguido de una brutal represión de los opositores, con informes del arresto de profesionales de la salud que actuaban contra COVID-19 (ver El País, Global Voices, NYT y Aljazeera).
En Haití, el presidente Jovenel Moïse fue asesinado por un comando mercenario en su casa. Otro episodio trágico en un contexto nacional donde las catástrofes vienen ocurriendo desde hace mucho tiempo. Lea nuestra recopilación con análisis del caso.
Finalmente, en Sudáfrica, donde la transición del apartheid a la democracia se había caracterizado por una estabilidad significativa, una grave crisis, descrita como “sedición” por algunos analistas, tomó forma en las protestas orquestadas por partidarios del ex Presidente Jacob Zuma contra su arresto por corrupción. – que desató una espiral de violencia, saqueos y muerte, con más de 300 víctimas fatales. Se desplegaron fuerzas militares para contener el levantamiento. La Nota de Amnistía Internacional afirma que las autoridades no deben sorprenderse por la magnitud de la violencia porque, durante mucho tiempo, las fallas en el sistema de justicia han dejado impunes los actos de violencia criminal. Sin embargo, un número significativo de analistas analizan los hechos, sobre todo, como un efecto retardado pero inevitable de repudio a la incapacidad del régimen democrático para reducir las desigualdades y responder a las necesidades básicas de la población. En la recopilación que hicimos recomendamos especialmente el artículo de New Yorker.
Y a finales de julio, Túnez entró en la lista de países cuya democracia está amenazada. Tras un largo período de reconstrucción democrática desde la Primavera Árabe, el actual presidente ha destituido al primer ministro y suspendido el parlamento tras manifestaciones contra la gestión de la pandemia COVID-19. La crisis política se ha profundizado y se puede analizar en la recopilación que hemos elaborado.
Erupciones
El escenario más llamativo fue América Latina, donde una intensa convulsión social se ha estado produciendo en Colombia desde abril, cuando estalló como una protesta contra el proyecto de reforma tributaria del gobierno de Duque. Las protestas fueron duramente reprimidas, pero persisten, aunque sin soluciones en el horizonte. Consulte la compilación para comprender las causas y condiciones del levantamiento más allá del disparador.
No menos importantes fueron las manifestaciones que estallaron en Cuba (aquí y aquí), suscitadas por el agravamiento de la pandemia y las condiciones socioeconómicas, pero también como protesta contra la falta de libertad política. Los hechos crearon una gran polarización, especialmente en el campo de la izquierda iberoamericana. Tan pronto como el gobierno controló la situación, el gobierno de Biden, en una medida decididamente contraproducente, agregó sanciones a los líderes cubanos en las reglas del embargo. El País hizo un balance sustantivo de la erupción y los debates.
Y en Guatemala, donde en 2020 estallaron vigorosas protestas para desafiar el presupuesto del gobierno en el contexto de COVID y un devastador huracán, la población ha vuelto a salir a las calles, ahora para protestar contra la remoción del Fiscal responsable de las investigaciones contra la corrupción.
Procesos Electorales
Ecuador y Perú celebraron elecciones presidenciales con resultados opuestos desde el punto de vista ideológico. En Quito, el exbanquero Guilherme Lasso, un conservador del que se dice que tiene vínculos con el Opus Dei, derrotó a Andrés Arauz, candidato del Correísmo. La victoria de Lasso se produjo luego de una situación electoral en la que dos corrientes de izquierda compitieron por llegar a la segunda vuelta, entre Arauz y el líder indígena Yaku Pérez, quien logró un desempeño significativo en las urnas. Esta circunstancia no tiene precedentes en la política electoral regional y dice mucho sobre las distorsiones y desafíos de la política de partidos de izquierda en la región. La revista Rosa publicó un dossier y mantuvo una ronda de conversación sobre el escenario electoral del país. Las expectativas y perspectivas del nuevo gobierno fueron analizadas por varios vehículos y reunidas en una recopilación.
En Perú, el sindicalista Pedro Castillo fue declarado vencedor más de un mes después de que se realizaran las elecciones, luego del conteo litigioso que siguió al estrechamiento del margen de votos en las urnas. Si bien su victoria fue celebrada por sectores de la izquierda latinoamericana, sus posiciones en relación a temas de género, sexualidad y aborto son sumamente conservadoras. Pero, como Castillo gobernará en coalición con otros partidos de izquierda abiertos a estas agendas, estos puntos de vista pueden no transferirse a la política estatal. Lea la recopilación para comprender mejor el escenario peruano.
Finalmente, Chile dio un paso importante e inspirador con la instalación de la Convención Constituyente que redactará la nueva Carta de Derechos del país. Destacamos la regla de paridad de género para la ocupación de escaños y la perspectiva de corregir rasgos dañinos en la sociedad chilena, como el autoritarismo y la desigualdad. Otra buena noticia fue la elección de la líder indígena Elisa Loncón a la presidencia de la Asamblea Constituyente. Vea el balance del Observatorio Género y Equidad, una plataforma de monitoreo de políticas públicas feminista, y una recopilación de prensa. Aprovechamos para resaltar nuestro especial sobre Chile durante el período de explosión social que está en el origen de los cambios en curso.
Panorama de la Política Sexual
Tal como previó Clare Provost, las cruzadas antigénero no se ralentizaron a causa de la pandemia. En verdad, las fuerzas que las impulsan abrieron nuevos frentes de movilización, criticando las reglas de distanciamiento social y propagando fake news (noticias falsas) contra la vacuna.
Esa vinculación es, por un lado, político-ideológica, como en el caso de las fake news que circularon el año pasado asociando la vacuna a la conspiración de las “élites pedófilas” y las que circulan hasta el día de hoy afirmando que son hechas con residuos de fetos abortados, las mismas teniendo que ser desmentidas por el Instituto Butantan (lea más en la compilación que organizamos). En Brasil, la vacuna china Coronavac ha sido demonizada como vacuna comunista (apodada Comunavac), la cual contendría un chip para esterilizar a los hombres brasileños. Esa ola de pánico anticomunista, analizada por Isabela Kalil en un debate en Canal Meio, ya sea en Brasil o en el resto de América Latina está siempre, directa o indirectamente, asociada a la “ideología de género”. Además de eso, como muestra la investigación ejemplar realizada por la Agência Pública, hay vínculos institucionales orgánicos entre esos campos, pues grupos médicos que actúan en los frentes de oposición al aborto y que están vinculados a parlamentarixs conservadores y al Ministerio de Salud están comprometidos en las campañas en contra del aislamiento social y a favor del tratamiento ineficaz para el COVID-19 con cloroquina e ivermectina.
Las campañas antivacunas también proliferan en otros países, especialmente en los europeos y en Estados Unidos, donde, como ya ha sido mencionado, su impacto no es nada despreciable, llevando al presidente Joe Biden a abrir fuego contra las redes sociales a causa de la avalancha de desinformación. En Francia cien mil personas marcharon en contra de las vacunas. Para analizar ese fenómeno que es a la vez paradojal e inquietante, recomendamos el excelente artículo de Richard Parker sobre la producción de ignorancia en pandemia.
Políticas Estatales Antigénero
Pero el ataque de las ametralladoras conservadoras religiosas y de la derecha en dirección a las vacunas no significa que ellas abandonen sus blancos de siempre, usados como palancas para, como ha sido analizado por varias autores y autores, catalizar temores colectivos para fines antidemocráticos. En Europa, por ejemplo, siguen en curso los ataques en contra de la Convención de Istanbul, la cual establece normas para prevenir la violencia contra las mujeres.
En los países donde la ideología antigénero está instalada en las políticas estatales, como Polonia y Hungría, los retrocesos se profundizan. En Polonia, el gobierno avanza con la enseñanza del catolicismo en todas las escuelas. En Hungría, el gobierno de Viktor Orbán también comenzó una nueva ofensiva: en junio, el país aprobó una ley, copia de la ley rusa de 2012, que prohíbe cualquier material con contenido LGBT+ en las escuelas y restringe referencias a la homosexualidad en publicidades, películas y otros productos para audiencias juveniles.
Brasil, como se sabe, es otro país donde la política antigénero está estatizada, habiendo un intenso intercambio con autoridades húngaras y polacas. En ese mismo periodo, un proyecto similar al húngaro fue presentado en la Cámara Municipal de San Pablo donde no fue aprobada. Además de eso, desde el 2019 las ofensivas contra el género en la educación se desdoblaron en propuestas legislativas sobre la educación domiciliaria y las Escuelas Cívico- Militares que están ahora siendo debatidas en el nivel federal y estatal (lea más en esta compilación). Otra línea de convergencia entre esos tres países son las políticas familiares que, como analizan Andrea Peto y Weronica Grzebalska, están en el seno de la desdemocratización en curso en Polonia y Hungría. A comienzos del 2021, el Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos lanzó, conjuntamente con CAPES, el edicto Familia y Políticas Públicas en Brasil, cuyos parámetros fueron criticados (aquí y aquí) por el campo académico que investiga el género y la familia en Brasil.
Otras ofensivas
Sin embargo, la Europa Occidental tampoco se ve inmune a la actuación de fuerzas antigénero cada vez más articuladas. Un excelente informe del European Parliamentarian Forum on SHR, The Tip of the Iceberg, hace una cartografía completa de esos grupos, sus conexiones y, sobre todo, sus recursos, revelando que su financiamiento no es predominantemente estadounidense o ruso, como se suponía, sino europeo.
En Europa, una novedad de los últimos seis meses son los ataques al lenguaje inclusivo de género, que están ahora a todo vapor en España, Alemania y Francia, por nombrar algunos de los países. En Francia, el presidente prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas (ver más en inglés en la revista Foreign Policy. También en Brasil, desde diciembre del 2020, fueron presentados 14 proyectos de ley para prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas, prensa y publicidad.
En Francia, en particular, se registraron nuevas ramificaciones den el campo de ataques a la producción de conocimiento relacionada con el género, los nuevos blancos son la teoría descolonial y el concepto de interseccionalidad (aquí). Esos ataques tienen carácter muy francés –pues utilizan las premisas del republicanismo y la universalidad- pero no deben ser completamente disociadas de las fuerte ofensivas desde el año pasado en Estados Unidos contra la teoría crítica racial; ataques que, como analiza el excelente reportaje del New Yorker, están hoy en el centro de los debates intelectuales estadounidenses. Conflictos semejantes ya se manifiestan en Australia. En Brasil, Mayara Paixão y Ronilson Pacheco también escribieron sobra esa nueva y expansiva trinchera.
Derechos LGBTTQ+ Amenazados
En los últimos meses, también se registraron violaciones de derechos a personas LGBTTQ+ por todos lados. En España, el asesinato homofóbico de un joven con orígenes brasileños llevó a innumerables protestas a lo largo del país. En Lituania, el parlamento se rehusó a debatir la ley de matrimonio igualitario. En Georgia, la violencia dirigida a la comunidad hizo que lxs activistas cancelaran la Marcha del Orgullo LGBT. En China, contenidos LGBTQ+ fueron excluidos de WeChat sin explicación, acción celebrada por grupos nacionalistas. En Guatemala, tres ataques fatales en apenas una semana llamaron la atención de Human Rights Watch y, en Bolivia, un notario se rehusó a registrar el casamiento de una pareja de mujeres.
En el continente africano también recrudeció la violencia contra la población LGBT+. Hubo ataques a activistas en muchos países, como Gana, donde se anuncia la criminalización del activismo LGBT+. En Camerún, hay prisiones de mujeres trans, en Senegal, la ofensiva comenzó con un ataque contra el manual de educación para la diversidad de UNESCO. Un excelente podcast de AfricaNews discute la homofobia en África Occidental. Una investigación de Democracia Abierta analizó el tratamiento discriminatorio y los intentos de tratamiento de conversión en hospitales de Kenia, Tanzania y Uganda. En este último país la legislación de la criminalización de la homosexualidad se volvió aún más rigurosa; esta reforma tuvo el apoyo de grupos de mujeres que apoyaban la criminalización del trabajo sexual. En Sudáfrica, que cuenta con una sólida legislación de protección a los derechos LGBTT+, grupos conservadores intentan bloquear la legislación sobre los crímenes de odio. Además de eso, como ya habíamos expuesto en ediciones anteriores, las ofensivas en contra de la educación en género y sexualidad continúan multiplicándose, en algunos casos como en Senegal asociadas a ataques contra las personas LGBTT+.
No menos importante, las ofensivas específicamente antitrans continúan intensificándose. En Estados Unidos, este ya es el año con el mayor número de proyectos de ley que buscan cercenar derechos de identidad de género (vea detalles en Openly). El presidente checo se refirió a las personas tras como “repugnantes” y, en el Reino Unido, una parte significativa de la prensa se viene alineando con las visiones que se oponen a los derechos trans. En Brasil, desde hace mucho el campeón en homicidios transfóbicos, 80 personas fueron asesinadas durante el primer semestre. Como ya hemos resaltado en ediciones anteriores, corrientes feministas antigénero y antitrans están presentes en muchos de los ambientes en los que se registra esa atmósfera hostil a los derechos de la identidad de género.
Ofensivas Antifeministas
En varios contextos también se dieron ataques contra feministas. En Turquía, donde las mujeres salieron a las calles para protestar en contra de la retirada del país del acuerdo de la Convención de Estambul, la represión policial fue brutal. En Pakistán, las organizadoras de la marcha del 8 de marzo fueron acusadas de blasfemia por la policía, crimen que en el país tiene pena de muerte. La acusación fue rechazada posteriormente, pero señaliza el elevado grado de intimidación contra las feministas. En México fueron construidos muros en el Zócalo del Distrito Federal para “proteger edificios públicos” de las manifestaciones del 8 de marzo y el presidente López Obrador realizó nuevas acusaciones contra las feministas.
Género y Sexualidad: Buenas Noticias
Considerando el estado de la política en el mundo y la persistente vitalidad de las ofensivas antigénero es bueno constatar que son muchas las buenas noticias registradas entre enero y julio de 2021. Por ejemplo, con el telón de fondo adverso a los derechos de identidad de género arriba mencionado, hay tres noticias muy significativas.
La primera de ellas fue la aprobación de la nueva ley española de identidad de género, superando un largo y polarizado proceso de debate, en el cual las posiciones feministas que se oponen a la transgeneridad tuvieron mucho peso hacia adentro del PSOE. La segunda fue el decreto promulgado por el poder ejecutivo de Argentina que complementa la Ley de Identidad de Género de 2012, autorizando el registro de las personas no binarias en el documento nacional de identidad. En el Estado de México fue adoptada una nueva norma que facilita el cambio de sexo/género en los certificados de nacimiento y otros documentos.
Además de eso, se registraron varias buenas noticias en el ámbito del litigio de las decisiones judiciales de alto nivel. En Europa, por ejemplo, la comisión europea abrió una causa de violación de derechos humanos fundamentales contra las medidas adoptadas por Polonia y Hungría en contra de las personas LGBT+. Un número importante de fallos positivos sucedieron en América Latina, los cuales devinieron en gran parte de la Opinión Consultiva 24 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, en el 2017, estableció nuevos parámetros para casos relacionados con la orientación sexual e identidad de género.
La primera de esas decisiones fue la condena de Honduras por el asesinato de la mujer trans Vicky Hernandez, en el contexto del golpe de Estado del 2009, por la Corte Interamericana. La decisión es muy significativa porque refiere a la violencia transfóbica estatal y porque se fundamenta en los principios de la Convención de Belém do Pará para la erradicación de la violencia contra las mujeres. Una segunda decisión del mismo tenor fue emitada por la Sala III de la Corte Constitucional de Costa Rica, la cual reconoce que la vulnerabilidad contra las mujeres también se aplica a personas con género asignado. Finalmente, en Panamá, la Corte Suprema de Justicia falló la inconstitucionalidad de la regla de restricción de movilidad basada en sexo/género adoptada por el Ministerio de Salud del país en 2020, la cual fue objeto de crítica por Sonia Corrêa.
Volviendo a Europa, en Italia, la ley contra los crímenes de odio que viene siendo debatida hace ya mucho tiempo y que incluye sanciones contra la homofobia y la transfobia, finalmente llegó al Senado para su votación final. La polarización era inevitable en un país donde, como analiza Massimo Prearo, el Vaticano tiene una enorme influencia sobre la política sexual y la derecha antigénero, la cual estuvo en el poder hasta hace poco y continúa teniendo fuerza en el juego político (vea una compilación). En Francia fue aprobada una nueva Ley de Bioética, cuyos capítulos de reproducción asistida, especialmente el derecho de las lesbianas a los procedimientos, venían siendo virulentamente atacados por las fuerzas conservadoras.
Hay también buenas noticias sobre la política de erradicación de la “cura de homosexuales” tanto en India como en Estados Unidos. En el primer caso, la Alta Corte de Madras condenó la práctica y recomendó una política de respeto a los derechos LGBT+. En Estados Unidos, OpenDemocracy analiza cómo, desde el 2019, varias ciudades han ido adoptando normas legales y medidas ejecutivas para prohibir la oferta de “servicios de cura”.
En África sub-sahariana donde, como vimos, se puede ver una nueva ola de persecuciones y agresiones a personas LGBT+, se pueden mencionar dos elementos positivos. En Ruanda están preparando la primera marcha del orgullo LGBTT+. Y, en Namibia, el ministro de justicia anunció que la ley colonial que criminaliza el sexo entre hombres será prohibida.
Finalmente, pero no menos importante, las Olimpiadas de Tokyo, a pesar de las enormes limitaciones impuestas por el COVID-19, se volvieron un escenario donde se dieron una profusión de demostraciones de diversidad sexual y religiosa. Fue también cuando, por primera vez en la historia, atletas trans y no binarixs están compitiendo. Sin embargo, no fue sin controversias. La confirmación de la participación de la atleta trans neozelandesa Laurel Hubbard en los Juegos generó un acalorado debate, llevando a una de sus competidoras a llamar a la decisión un “chiste de mal gusto”.
Como analizan historiadorxs brasileñxs de deportes entrevistadxs por la Folha, Tokyo quedará registrado como los Juegos en donde la política pasó de tensiones geopolíticas a “cuestiones universales”. También vale la pena leer el excelente reportaje de Gênero e Número sobre la participación LGBTT+, así como la columna bien humorística de Millie Lacompe sobre las “xerecas” que valora tanto la presencia de mujeres en los Juegos como todos los cuerpos que desafían el orden dominante sexo-genérico. También aprovechamos para invitar a lxs lectorxs a conocer nuestro especial sobre sexo y sexualidad en los Juegos Olímpicos 2016 en Brasil.
Naciones Unidas
Entre junio y julio se dio la 47º Sesión del Consejo de Derechos Humanos, donde fueron aprobadas resoluciones y se dieron debates relevantes en torno al género y la sexualidad, como, por ejemplo, las resoluciones sobre violencia de género, HIV/sida, salud menstrual y esterilización forzada. El boletín de la Sexual Rights Initiative (en español) realiza un informe completo sobre la sesión, en la cual también sucedió una protesta virtual de la sociedad civil en contra de las restricciones a la participación, establecidas como reglas de contención al COVID-19, pero que, de hecho, parecieren cumplir otros objetivos políticos.
GATE, Global Action for Trans Equality, informa en su boletín que la 47º Sesión del CDH fue muy positiva para los derechos de identidad de género. GATE resalta la importancia de la creación de la coalición feminista LGBTT+ en torno a la declaración de Uma Afirmação de Princípios Feministas, que reitera la perspectiva inclusiva del pensamiento y activismo feminista en relación al género. El boletín felicita a Victor Madrigal, el Especialista Independiente de Orientación Sexual e Identidad de Género por la presentación de su primer informe sobre “género” titulado Derecho a la Inclusión. El SPW también lo felicita por la calidad y consistencia del informe como respuesta institucional necesaria ante las ofensivas antigénero que han proliferado sin cesar en la última década. Como bien analiza Jamil Chade, en un artículo de UOL, el informe es especialmente relevante para el contexto de la política sexual en Brasil.
Otro evento importante de las Naciones Unidas realizado entre enero y junio del 2021 fue el Foro Generación y Equidad (FGE) planeado, originalmente, para conmemorar los 20 años de la Conferencia Mundial de la Mujer de Beijing, pero que fue pospuesto a causa del COVID-19. Realizado virtualmente en dos eventos coordinados desde México y Francia, el FGE no solo reafirmó las definiciones emanadas de las Conferencias de la década de 1990, sino que también estableció compromisos estatales para financiar políticas y estructuras para asegurar la igualdad de género en una perspectiva interseccional. Vea aquí un resumen de los resultados finales (en inglés, francés y español).
Derecho al Aborto
Retrocesos y Amenazas
Considerando el contexto más amplio de derivas autocráticas, ya sean de largo plazo o movilizadas por las respuestas a la crisis del COVID-19, también hay retrocesos en relación con el derecho al aborto. Uno de ellos fue la entrada en vigor de la legislación en Polonia, que eliminó el derecho al aborto en caso de malformación fetal y dificultó enormemente el acceso al procedimiento. También en Lituania y Rumania, según The Conversation, el procedimiento de aborto ya no se consideraba un servicio esencial en los hospitales durante la pandemia.
En las Américas, también hay motivos de inquietud. Comenzando por Estados Unidos, donde, desde que Joe Biden llegó al poder, el espectro de una derrota al fallo de Roe vs. Wade se ha vuelto mucho más denso, especialmente con la llegada de Amy Barrret (aquí y aquí) a la Corte Suprema. Hoy, dada la nueva composición de la Corte, se amplifican los riesgos de que restricciones drásticas limiten el derecho al aborto. Y, en el ámbito de las legislaturas estatales, para contrarrestar la posición abortista del Ejecutivo Federal, los proyectos restrictivos siguieron multiplicándose: entre enero y febrero se presentaron más de 380 propuestas con este contenido. Además, parte de los obispos estadounidenses pidió la prohibición de comulgar de los políticos partidarios del aborto, incluido el presidente Biden, lo que incluso obligó a tomar una posición del Papa.
Pero en EUA los hechos mas signficativos son la ley del estado de Mississippi y la nueva ley aprobada en Texas, las cuales han ganado gran repercusión internacional en razón de sus caracsterísticas draconianas, que esteblecen 6 semanas como limite máximo para accesar el procidimento (obtenga más información en inglés aquí y aquí). Cuando ese informativo ya estaba por salir, en el primer dia Septiembre la Corte Suprema juzgó negativamente una demanda de inconstitucionalidad de la ley texana, lo que efectivamente abre camino para la conetestacíon definitiva dede Roe Vs. Wade. La ley incluye un incentivo de 10,000 US$ para quienes denuncien las personas que ayudan las mujeres a abortar. Compartimos una compilación de matérias en várias lenguas sobre la decisión y sus impactos potenciales.
Además, en Argentina, cuya reforma legal fue un golpe de energía para toda la región, la entrada en vigencia de la ley del aborto provocó la furia de sectores contrarios a la ley, que comenzaron a atacar sistemáticamente la legislación, según analiza el grupo ELA incluidos decretos ejecutivos y decisiones judiciales. El nuevo panorama del contexto argentino se puede entender mejor en nuestra recopilación, que incluye artículos de Página 12, Infobae y La Malafe. De hecho, esta belicosidad está presente en toda la región, en respuesta a la reforma argentina y al gobierno de Biden.
En este sentido, el escenario brasileño también es preocupante tras la elección del diputado Arthur Lira (PP-AL), franco aliado de las fuerzas antiaborto, a la Presidencia de la Cámara de Diputados (aquí y aquí). En julio, un balance de Pública informa que la situación es, de hecho, crítica. Esa misma semana, el ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso para introducir el Día del Nacimiento en Brasil. En este contexto, cabe destacar las restricciones actuales a la posibilidad de que las mujeres tengan acceso a abortos seguros, incluso en los casos en que sea legal, como se muestra en el artículo de Portal Catarinas sobre una mujer que fue llevada a la policía. después de recibir Misoprostol por correo y el artículo de Piauí sobre el ataque judicial contra el primer servicio de aborto legal por telemedicina.
Además, las elecciones nacionales en Ecuador y Perú también señalan obstáculos en este campo. Guillermo Lasso, el nuevo presidente ecuatoriano, tiene fuertes vínculos con el campo ultracatólico. De manera muy significativa, ya electo, declaró que, en nombre de la democracia, respetará plenamente la decisión de la Corte Suprema sobre el derecho al aborto en caso de violación. Esto no significa, sin embargo, que posteriormente, bajo la presión de las fuerzas antiaborto, no se adopten medidas que dificultan el acceso al procedimiento. En el caso de Perú, el nuevo presidente, Pedro Castillo, desde la campaña se declaró en contra del derecho al aborto y su legalización. Pero dado que su gobierno cuenta con el apoyo de otros partidos de izquierda que están a favor de la despenalización, quizás se pueda mitigar el carácter radical de esta posición.
Victorias y Resistencias
Por otro lado, el derecho al aborto también logró importantes victorias en el primer semestre de 2021. El Parlamento Europeo aprobó una resolución que define el acceso al aborto como un derecho humano, como una respuesta institucional a los países miembros que aún criminalizan el aborto, amplían las restricciones de acceso o restringen los servicios de aborto en medio de la pandemia de COVID. También se registraron avances legales en Tailandia, donde el Parlamento aprobó en enero una ley que autoriza el procedimiento hasta la semana 12 de embarazo, y en Gibraltar, donde un referéndum ratificó en junio un cambio en la ley que permite el aborto en casos de riesgo de salud la física y mental de la mujer e inviabilidad fetal.
También es muy positivo que en Honduras la reforma constitucional de enero que legisló en favor de una futura prohibición de legalizar el aborto haya generado una importante protesta feminista y, seis meses después, se presentó una demanda de despenalización del aborto en tres casos ante la Corte Constitucional. Y en Venezuela se celebra la liberación de la activista y maestra Vanessa Rosales luego de ocho meses de prisión por ayudar a una niña de 12 años, víctima de violación, a abortar. Asimismo, informamos con esperanza y alivio la noticia (aquí y aquí) de la liberación de la salvadoreña Sara Rogel luego de 10 años de prisión por haber sufrido un aborto espontáneo, tipificado por los tribunales como “homicidio calificado”.
En cuanto a cambios en el sistema jurídico legal en América Latina, destacamos la citada decisión de abril de la Corte Constitucional del Ecuador que despenalizó el procedimiento en casos de embarazo por violación, un avance importante pero que no acaba con los numerosos desafíos en la materia, como también lo señala un informe de Human Rights Watch.
En Colombia, el movimiento feminista dio un paso fundamental: lanzó la campaña Causa Justa para exigir a la Corte Constitucional la total remoción del delito de aborto de la ley penal. Si el resultado es positivo, Colombia será el segundo país del mundo en no considerar el aborto un delito (el otro es Canadá).
Y en México, se despenalizó el aborto en los estados de Hidalgo y Veracruz, y la Corte Suprema eliminó los plazos para abortos en casos de violación. Y aún más significativo en el dia 7 de sepetiembre la misma Corte juzgando una acción realtiva a la ley criminal del Estado de Coahuila consideró inconstitucional el delito de aborto y en es mismo juzgado determinó que a partir de ahora todos/os juezes/as deben considerar inconstitucionales las leys que criminalizan las mujeres por abortar. Ofrecemos acá una primera compilación.
Luto
Estamos de luto por la muerte de casi 600.000 personas en Brasil como consecuencia del COVID-19. Pérdidas humanas cuya escala no se puede atribuir a la letalidad de Sars-Cov-2, sino a determinantes sociales y políticas, más especialmente a la lógica neodarwinista de dejar morir, en la que se basó la respuesta del Gobierno Federal a la pandemia. Pero también lamentamos las pérdidas singulares de personas cuyo pensamiento y acción política fueron y siguen siendo indelebles en el campo en el que actuamos.
Susana Checa, activista y pionera por el derecho al aborto. Socióloga, profesora de la Universidad de Buenos Aires, integrante histórica de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Pionera en la enseñanza sobre género y derechos sexuales y reproductivos, en colaboración con Martha Rosenberg escribió “El aborto hospitalario: una cuestión de derechos reproductivos, una cuestión de salud pública”. Lea con más detalle en Página 12.
Fran Demetrio, primera docente transexual en la Universidad Federal de Recôncavo Baiano. Becaria postdoctoral en Filosofía de la Universidad de Brasilia (UnB), Fran fue coordinadora del Laboratorio Humano de Estudios Transdisciplinarios, Investigación y Extensión en Integralidad e Interseccionalidad de la Atención en Salud y Nutrición, Género y Sexualidades en la UFRB.
Arte&Sexualidade
Los Juegos Olímpicos de Tokio nos inspiran a volver a visitar una breve nota, Arte, Riesgo, Deconstrucción sobre el teatro físico de Elizabeth Streb, que incluye un video sobre las actuaciones realizadas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Por dos razones, también visitamos a Paula Rego, la pintora portuguesa de “pasteis do aborto”. La primera es que en marzo de 2021, en asociación con CLACAI, SPW realizó dos seminarios virtuales sobre la reforma legal del aborto en Argentina (ver más abajo). Pero también porque, en este momento, el museo Tate Modern de Londres está realizando una retrospectiva de la obra de la pintora, que incluye obras nunca antes expuestas.
FInalmente compartimos la performance de Jesusa Rodrigues sobre la alianza frustrada entre Vox, el partido de extrema derecha español y el Partido de Acción Nacional de México.
Recomendamos
Webinários
Del Derecho al Aborto en Argentina – Día 2 – Otras Miradas
Políticas Antigénero en Europa y América Latina – Congreso Haciendo Género 2021, con David Patternote, Sonia Corrêa, Lilian Abracinskas
“Principios de Yogyakarta: Logros, Límites y Amenazas”, con Sonia Corrêa, Mauro Cabral e Daniel Caye en el Congreso Internacional de ABEH.
Artículos de Prensa y Publicaciones
Un hecho periodístico muy significativo relacionado fué la producción de matérias a partir de la los archivos de la ONG Hazte Oír (2013-2017) hackeados por Wikileaks y publicadas por Taz (Alemania), Público (España), Polemón (México) y Agencia Pública Brasil que ofrece un muy buen mapeo de las fuerzas ultra-católicas involucradas con las políticas anti-aborto y antigénero.
Antes de eso, FUSA de Argentina publicó un relatório de pesquisa sobre la cartografia argumentativa de los actores antigénero y antiaborto. – Asiste la presentación de los resultados ocurrida en mayo
CLACAI publicó el resultado final de un monitoreo de políticas de salud reproductiva en la pandemia.