Entre los días 18 y 23 de Julio de 2010 ocurrió en Viena, Austria, la XVIII Conferencia Internacional de SIDA, la más grande reunión de personas trabajando en el campo del VIH, agentes de política, personas vivindo con el VIH y otros actores comprometidos/as con la lucha por el fín de la pandemía. El equipo de SPW preguntó a Marcela Romero, activista trans argentina reconocida como la Mujer del Año en su país en 2009, cuales fueron sus impresiones sobre la Conferencia desde la perspectiva de personas trans.
¿Cómo evaluas la presencia de personas trans en la Conferencia Internacional de SIDA 2010, en Viena? Si lo comparas con conferencias anteriores, como de Toronto y Mexico, ¿qué te pareció? ¿Y cómo evaluas que fueron tratados los temas relacionados a las personas trans durante la Conferencia?
Marcela Romero – Hubo pocos espacios de debate para la comunidad trans. Este Congreso tuvo un perfil muy académico y, por si esto fuera poco, tuvimos una barrera importante en relación al idioma porque no contamos con traducción al español.
Las cuestiones relacionadas a personas transgénero son en el campo de SIDA normalmente tratadas bajo el rubro: hombres que hacen sexo con hombres, lo que es muy problemático. ¿Cómo se trató eso en Viena? Hay posibilidades de cambio en esa lógica?
Marcela Romero –Lamentablemente en este Congreso nos dimos cuenta en muchas ocasiones que nos incluyen como HSH (Hombres que Tienen Sexo con Hombres). Esto es problemático porque no le da visibilidad a nuestra población y oculta las estrategias necesarias y especificas para encarar la problemática del HIV-Sida. Para cambiar esta lógica es necesario capacitar y fortalecer a las personas trans para luchar contra este tipo de transfobia. Una compañera capacitada difícilmente acepte ser incluida como HSH. Nosotras desde la Red Latinoamericana y del Caribe de personas trans apuntamos a esto.
¿Cuales serían tus recomendaciones para el trabajo de prevención del VIH/SIDA y para la promoción de la salud de personas trans a los gobiernos, en general?
Marcela Romero – Es fundamental articular con los Programas Nacionales de VIH-Sida para dar una mejor respuesta al VIH-Sida con el respeto de la identidad de género hacia las personas trans, establecer estrategias en conjunto pero escuchando nuestra voz, nuestras demandas, nuestras necesidades. No podemos hablar de prevención si no lo hacemos con nuestro lenguaje, con nuestros códigos. También, es sumamente necesario que todos los gobiernos realicen las vigilancias epidemiológicas específicas para la comunidad trans porque ellos son los responsables de la salud pública.
¿Y para los gobiernos de América Latina?
Marcela Romero – América Latina está atravesando cambios profundos, esta es una época de mayor participación e involucramientos de la sociedad civil. Sin embargo, las personas trans todavía seguimos viviendo, en muchos casos, como en la época de las peores dictaduras. Hay crímenes de odio todos los días en muchos países como Honduras y Guatemala, sin embargo, los gobiernos nunca investigan. En otros países se pueden ver avances como Argentina, Uruguay, Brasil, pero las trans seguimos estando por debajo de la línea de la pobreza lo que provoca falta de oportunidades laborales, falta de acceso a la educación, a la salud y la justicia. Si se violan los Derechos Humanos, no podemos hablar de acceso a la prevención, a la atención y al tratamiento universal.
El tema central de Viena fue derechos humanos, y la crminalización de relaciones entre personas del mismo sexo, prostitución, drogas, transmisión del VIH y incluso aborto, fue tratada en varios paneles y por lo menos una plenaria como un obstáculo para la realización plena de los derechos humanos. ¿Ese es un tema relevante en la agenda de promoción de las personas trans en América Latina?
Marcela Romero – Uno de nuestros principales objetivos consiste en la incidencia política en los gobiernos para que eliminen todo tipo de leyes, edictos, actas que criminalizan la orientación sexual y la identidad de género. Este es un grave problema porque somos detenidas arbitrariamente (sin ningún tipo de razón), cuando somos detenidas nos llevan a la cárcel y esto no nos permite continuar con el tratamiento en VIH, si es que estamos tomando la medicación. Esto es un atentado a nuestros derechos humanos. En la Argentina ya hemos logrado que varias provincias eliminen estos códigos que son anticonstitucionales y que vienen de la Dictadura Militar.