El derecho al aborto es un tema polémico en el sentido más estricto del término. Si, por ejemplo, la Iglesia Católica se opone a él esto no es por una cuestión de fe. El dogma de la sacralidad de la vida es el núcleo del argumento que sirve a la defensa del derecho que aquella Iglesia se abroga para decidir, incluso más allá de la comunidad de sus fieles, sobre dos aspectos estrictamente biopolíticos: la reproducción y la sexualidad. Así, su “no al aborto” es la afirmación de su autoridad en las políticas de la vida y lo mismo sucede con su negativa al uso de anticonceptivos y la idea de que el sexo debe limitarse a la reproducción.
No es el punto aquí entrar en el análisis de los argumentos y política católica, sino dar a la cuestión del derecho al aborto su plena significación biopolítica. El concepto fue popularizado por Michael Foucault: “Durante milenios, el hombre siguió siendo lo que era para Aristóteles: un animal viviente y además capaz de una existencia política; el hombre moderno es un animal en cuya política está puesta en entredicho su vida de ser viviente”.
“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no embarazarnos y aborto legal para no morir”, es una de las consignas con las que las chicas de Red de Información por el Aborto Seguro plantean su visión biopolítica enmarcada en el cruce de las luchas feministas y de género, la problemática del cuidado de sí desde la lógica de los comunes y la lucha de clases.
El equipo de 15 y último conversó con ellas sobre los efectos que la guerra económica tiene en el derecho a decidir sobre la propia vida y la común.
¿Qué es la Red de Información por el Aborto Seguro?
Las mujeres que integramos la Red de Información por el Aborto Seguro ofrecemos, desde hace cinco años, un servicio gratuito de atención telefónica para mujeres que desean interrumpir sus embarazos y que necesitan información sobre la forma más segura de hacerlo sin atención médica y con un porcentaje muy bajo de riesgos.
Nos moviliza el cuidado de la vida de los comunes. Hemos decidido poner todo de nuestra parte para cuidar la vida de quienes son iguales a nosotras y padecen los mismos problemas, los mismos accidentes, y están sometidas a los mismos peligros.
Es importante señalar que en Venezuela el aborto es una práctica regular a pesar del carácter punitivo de la legislación. Las mujeres abortan todos los días, nos guste o no, estemos de acuerdo o no. Esto conlleva a que muchas pongan en peligro su salud al usar métodos improvisados e insalubres. A esto se suma la presión social que culpabiliza a las mujeres y conlleva al aislamiento y la soledad. Nosotras hemos asumido la responsabilidad de difundir la información correcta para que la interrupción tenga lugar de la forma más segura posible.
No trabajamos de forma improvisada, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la FLASOG (Federación Latinoamericana de Ginecología y Obstetricia) han reconocido el aborto con pastillas (Misoprostol) como el mejor método para interrumpir embarazos en casa. Lo importante para nosotras es que la difusión de la información salva vidas de mujeres cotidianamente. Es muy importante que se comprenda que el acceso a esta información no condiciona el aborto: las mujeres no dejan de abortar por no contar con información suficiente, sino que ponen en peligro su salud.
¿Cómo ha afectado la situación económica y política la práctica del aborto?
Antes de 2014 recibíamos en promedio de 5 a 10 llamadas diarias. Durante el 2015 recibimos de 80 a 100… es un incremento de 1.233%… Estamos ayudando en promedio a 315 mujeres diariamente. Esto nos llevó a sumar tres nuevos números para poder atender la demanda de información. Las mujeres que necesiten información sobre cómo realizar un aborto seguro con pastillas pueden llamarnos a la Línea Aborto Información Segura a través de los números 0426-1169496, 0414-4916747 y 0412-9332364.
La gran mayoría de las mujeres que nos llaman dicen que no consiguen ningún tipo de anticonceptivo. Antes de 2014 la mayoría nos decía que usaban pastillas, pero ahora no se consiguen o solo a precios inaccesibles para la gran mayoría de la población asalariada. El cerco que las industrias farmacéuticas han generado como estrategia de apoyo a la guerra económica y las dificultades que tenemos como poder popular y gobierno para superar la situación, han aumentado el número de embarazos no deseados.
Por otra parte la prohibición del aborto ha hecho mucho más rentable la especulación con los medicamentos usados para la suspensión del embarazo. Antes de 2014 el acceso al Misoprostol ya era bastante restringido, pero ahora no se consigue en ninguna farmacia porque las mafias farmacéuticas y bachaqueros le sacan más ganancia vendiéndola en el mercado clandestino hasta 50 veces su precio. Una mujer que decida abortar antes de la semana 12 de gestación con el uso de pastillas de Misoprostol necesita 12 pastillas que en el mercado clandestino pueden costar entre 4 y 10 mil bolívares cada una.
¿En síntesis podría decirse que la guerra económica ha afectado de forma dramática el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida?
La salud sexual y reproductiva es un derecho humano. Se trata del derecho de las personas a decidir sobre su cuerpo, sexualidad y autonomía reproductiva a fin de obtener una vida afectiva plena y una participación activa y protagónica en lo social, lo cultural y lo político.
En nuestra constitución se reconocen los derechos sexuales y reproductivos en el artículo 76, donde se establece el reconocimiento de los principios de igualdad y no discriminación de las personas, incluyendo la posibilidad de tomar decisiones informadas, libres y sin coerción, de forma responsable y placentera, tanto sobre su sexualidad como sobre su función reproductiva: decidir el número de hijas e hijos a procrear, cuándo hacerlo y la posibilidad de contar con acceso gratuito a los servicios adecuados y de calidad que le faciliten el ejercicio de esos derechos.
Es importante recordar que los derechos sexuales y reproductivos consideran a las mujeres como sujetas de derecho a lo largo de toda su vida y no únicamente como reproductoras que requieren ser atendidas en su etapa fértil. Adicionalmente, en nuestro país contamos con el 1er Plan Nacional para la Protección de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de las Mujeres 2014-2019, y los derechos que contemplan apuntan a que las mujeres podamos ejercer autonomía sobre nuestro cuerpo y tomar decisiones libres de cualquier tipo de coerción; logremos desvincular nuestra sexualidad de la reproducción; podamos elegir tener descendencia o no tenerla; podamos decidir nuestra orientación y preferencias sexuales; podamos exigir al Estado suficientes y buenos servicios de calidad para atender nuestras necesidades sexuales y reproductivas.
La guerra económica afecta precisamente el marco que hace posible el goce de todos estos derechos e intenta contradecir la praxis gubernamental orientada a su realización. Con esto quedan afectadas y desarticuladas todas las formas cotidianas del cuidado de sí… sobre todo entre las clases populares…
Hoy sabemos que la atención que brindamos es más necesaria que cuando empezamos.
¿El aborto y la salud sexual y reproductiva son cuestiones de clase?
Con respecto al aborto es difícil saberlo a ciencia cierta porque la situación de ilegalidad y tabú en torno a él dificulta la recolección de información sobre el tema, lo que en nuestra sociedad ocasiona una subestimación general de la magnitud y de la incidencia del aborto inducido. Nosotras recabamos datos a través de la atención telefónica, lo cual nos ha permitido construir algunas estadísticas. De esta forma nos aproximamos a la situación del aborto en Venezuela.
Te podemos decir que el 45% de las mujeres que usan la Línea dependen económicamente de su pareja o de su familia. El 37% gana alrededor de salario mínimo. Del 63% restante solo un porcentaje muy bajo llega a dos salarios mínimos. Esto sugiere que las usuarias son de clases bajas, pero esto no quiere decir que las mujeres de clases alta no aborten sino que simplemente tienen recursos para hacerlo no solo de forma quirúrgica en clínicas clandestinas, sino también en secreto.
Para comprender parte de la situación de la mujer venezolana en la actualidad hay que tomar en cuenta que un aborto realizado en una clínica oscila entre 100 y 200 mil bolívares y ya saben el precio de las pastillas. Las desigualdades de clase más que condicionar el aborto parecen condicionar la forma en que se realiza. Desde este punto de vista es una cuestión de disponibilidad de recursos e información. Nosotras intentamos socializar esa información para que las mujeres puedan tomar una decisión responsable y con los menores riesgos posibles.
Desde el punto de vista de la salud sexual y reproductiva, que es un punto de vista más amplio, pasa algo similar. Nosotras hemos recibido algunos donativos puntuales de anticonceptivos y estamos organizando jornadas de salud para distribuirlos al tiempo que se pueda impulsar el debate sobre la salud sexual y el acceso al aborto seguro.
¿Por qué creen que es importante militar en pro del aborto?
Nuestro país es uno de los pocos que penalizan de manera absoluta el derecho de las mujeres a decidir si quieren ser madres o no. Cuando suceden revoluciones sociales que trastocan el orden mundial capitalista y patriarcal se suele reivindicar esta lucha histórica de las mujeres del pueblo, como se hizo en la Unión Soviética en 1920, en la República Española en 1937 o en nuestra hermana Cuba en 1965. En los tres casos citados se garantizaba que la mujer que necesitara abortar lo hiciera de forma legal y gratuita. En nuestro país lamentablemente se sigue postergando el debate sobre el tema, lo que genera en algunos casos maternidades obligatorias y en otros complicaciones de salud o muertes en mujeres que deciden interrumpir sus embarazos en la clandestinidad. Estas muertes son evitables. La única meta del milenio que la República Bolivariana de Venezuela no ha podido cumplir es la disminución de la mortalidad materna. El parto tiene mucho más riesgos de complicaciones que un aborto practicado de forma segura antes de la semana 12, por tanto el embarazo y el parto no pueden ser obligatorios. Además se evidencia una situación de desigualdad porque a los hombres no se les obliga a ser padres ni mucho menos a poner su vida en riesgo para ello. Es una injusticia social inadmisible.
Por otro lado, con ley o sin ley las mujeres igual abortan. Nos ayudamos entre nosotras, con las herramientas que tenemos. Por eso decidimos lanzar la Línea Aborto Información Segura, para que las mujeres que decidan hacerlo lo hagan de manera segura. Hay investigaciones avaladas por la OMS sobre el uso de Misoprostol para realizar abortos seguros en casa antes de la semana 12 con muy bajo riesgo de complicaciones. Las mujeres de Venezuela tenemos el derecho constitucional a estar informadas, y nosotras creemos en el libre acceso a la información científica que nos permita cuidar nuestra salud sexual y reproductiva.
El aborto en Venezuela en datos:
- El 45% de las mujeres que usan la Red de Información por el Aborto Seguro dependen económicamente de su pareja o de su familia. El 37% gana alrededor de salario mínimo. Del 63% restante solo un porcentaje muy bajo llega a dos salarios mínimos.
- El 38%, están insertas en el mercado laboral, el 37%, se dedican con exclusividad a los estudios y un 9% son desempleadas.
- El 40% de las mujeres que llaman son madres.
- El 52% de las mujeres que han solicitado información a la línea tienen edades comprendidas entre los 21 y 30 años, siguiéndole un porcentaje de 28% para mujeres menores de 21 años, 17% entre 31 y 40 años y 3% mayores de 40.
- Un 64% de las usuarias han finalizado los estudios de secundaria, un 16% cuentan con estudios universitarios, un 9% posee la secundaria incompleta, un 7% cuenta con un TSU y un 6% cuenta solamente con los estudios de primaria.
- El 70% declara mantener al momento una relación estable y el 30% restante indicó no mantener una relación de pareja.
- El 82% manifestó no haber tenido experiencia de un aborto previo.
- El 33% de las mujeres que nos llaman a la Línea dicen que su principal razón para tomar la decisión de abortar son las dificultades económicas. Otro 33% dice que su principal razón es que es un embarazo no planificado. El resto dice que lo hace porque el embarazo es producto de una violación, o porque el feto viene con malformaciones o porque la salud de la madre está en grave riesgo.
- 70 mil mujeres mueren cada año en el mundo por causa de las complicaciones por abortos inseguros, lo que corresponde aproximadamente a un 13% de las 600 mil muertes maternas que se producen anualmente. En Venezuela, esa cifra correspondería a aproximadamente una muerte semanal.