“La revolución de abril determinó mi vida,
el feminismo me cambió la vida.”
Magaly Pineda
¿A quién se le ocurre morir en la Pascua y además lentamente como una brisa del atardecer en la playa? ¡A Magaly Pineda! Era jueves, 24/03/2016, cuando empezaron los rumores de su muerte y luego vinieron los mensajes de despedida, lindos mensajes de todas partes. Una formidable demostración de cariño no sólo de amigos y amigas sino de muchas personas a quien ella ha tocado con su increíble alegría y energía. Y como alguién (a quien no me recuerdo en ese momento) escribió en el FaceBook “es maravilloso como las redes sociales que ella tanto amaba, disfrutaba y usaba con diferentes propósitos le están rindiendo homenaje a Magaly Pineda pero también son la vía de expresión de su inmensa red globalizada de amigas y amigos” (De hecho basta buscar por #MagalyPineda en FaceBook y ya verán)… Pero aún no había llegado la hora de la partida y en la mejor tradición del real maravilloso latinoamericano Magaly se puso en este espacio sospendido entre la realidad y la imaginación. Mientras unos/as se despedían su hijo y Amparo Arango informaban que ¡no!, que aún estaba entre nosotros/as, hasta un diario de República Dominicana publicó la noticia que estaba ya en sus últimos momentos pero seguía viva. Así Magaly nos mantuvo ahí en pensamiento y pura emoción por días repasando memorias, historias, fotografías, canciones porque no se puede salir de la escena terrena sin celebrar la vida.
Yo conocí a Magaly Pineda en Guadalajara, México, durante el Foro de AWID en 2002. A propósito ella que me buscó, quería saber quien era su tocaya brasileña y me brindó con una deliciosa marguerita que fue a su pedido documentada con una foto. Yo me quedé maravillada con aquella mujer y feliz con la marguerita, ¡cómo la necesitaba, cansada como estaba aquel día! Cuando estábamos juntas ella misma nos presentaba diciendo “yo soy Magaly Pi y ella es Magaly Pa”. No le importando para nada si a su interlocutor/a le interesaba saber quien era yo o cual era mi nombre. En 2003 me recibió en su casa en Santo Domingo tras una reunión regional oficial organizada por la CEPAL, en Bávaro, – en preparación para la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información de la ONU – a la cual participé invitada por el grupo de mujeres de APC. Magaly “Pi” empezaba a enterarse de los temas duros y la geopolítica relacionados a la Internet, lo hizo entrando por la puerta principal al centro de un debate totalmente nuevo que enmarcó el comienzo del siglo XXI. Y… bueno… donde había una novedad sobre todo en el campo político, sobre todo relacionado a la geopolítica, el poder y con consecuencias para todas las personas allí estaba ella poniendo las banderas feministas en el “campo de batalla”. Agregó todo su conocimiento y lo trajo a analizar y actuar en ese nuevo campo político, una inspiración sin duda.
En Santo Domingo conocí a Fafa (su compañero de toda la vida), la oficina de CIPAF, más bien la casa misma de mi tocaya, y su familia, amigos y amigas. Ella me regaló unos días de maravilla por lo político y por lo personal, me contó su historia, los tiempos duros de la lucha por la democracia, la persecución política y el período de cárcel de Fafa. En 1977 se encantó con la labor de investigación y docencia como profesora en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y junto a la profesora Pura Sánchez fundó “La Escuela Nueva” donde desarrollaron una metodología crítica y laica revolucionaria. Con un grupo multidisciplinario de profesionales fundó el CIPAF, primer espacio de investigación sociopolítica sobre la condición de la mujer dominicana. Así se dedicó a diversos aspectos desde el trabajo rural, urbano y doméstico hasta la tecnología y el racismo sin nunca dejar de tratar los temas centrales del feminismo como la violencia de género, los derechos sexuales y reproductivos, la autonomia de las jóvenes y las mujeres. Este trabajo alcanzó gran éxito en 1994 cuando Magaly logró que las dirigentes femeninas de todos los partidos políticos se unieran alrededor del Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (PIOM), que reivindicó los derechos sociales y de salud reproductiva de las mujeres.
No me contó mucho de su liderazgo en la resistencia y como entre tantos que perdieron la vida en la Guerra de Abril de 1965 tuvo ella el destino de seguir adelante nunca rindiéndose a las adversidades. Eso lo aprendí de las personas que le admiran. Magaly tuvo una trayectoria política, profesional y personal impresionante: revolucionaria, líder feminista (reconocida no sólo en latinoamérica), socióloga, profesora, investigadora, entusiasta de las nuevas tecnologías de información y comunicación, una luchadora inquebrantable. Pero sobre todo una persona que tenía ganas de vivir como nadie, era pura alegría y energía juvenil que hasta mismo los 12 años luchando contra un cáncer fuerte no le quitó la luminosidad.
“Hay que ser revolucionaria en la casa, en la calle y en la cama.”
Magaly Pineda
Aunque hubiéramos nos encontrado otras veces antes, en el año 2013 tuve la suerte de ir a Santo Domingo participar del Foro de Organizaciones Feministas previo a la XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (octubre, 2013). Cuyo tema principal ha sido la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las tecnologías de la información y comunicación. En esta ocasión las organizaciones feministas y de mujeres de latinoamérica, ONU Mujeres y otras organizaciones internacionales le hicieron homenaje a Magaly Pineda por su trayectoria y sus 70 años cumplidos. Fue una fiesta linda, con música, baile, margueritas. Mientras tanto a Magaly ya le costaba estar de pie y eso se notaba, pero nada que le impidiera de valientemente un año después subir y bajar las calles del centro de Bogotá con Gloria Bonder y yo.
Magaly Pineda e Gina Vargas bailando en Beijing 1995
Y éste ha sido mi último encuentro en persona con Magaly. En 2014 Gloria Bonder nos invitó a participar junto a ella de un congreso académico en Bogotá, Colombia, donde ambas, la “Pi” y la “Pa”, tendríamos la misión de ayudarle a llevar la mirada feminista sobre la sociedad de la información. Muy exitosa en la misión yo misma no fue, pero mi tocaya trajo no sólo un análisis basado en datos consistentes como también nos brindó con el relato de su trabajo en República Dominicana para la superación de la brecha digital desde la perspectiva de género. CIPAF recién había sido galardonado con el Premio para la Igualdad de Género y Tecnología de la Unión Internacional de Telecomuniciones y ONU Mujeres. Lo más interesante del viaje sin duda han sido nuestros paseos por la ciudad. Experienciamos desde una manifestación de jóvenes contra la violencia contra las mujeres, hasta la visita al Museo Botero. Y ¡claro! lo que eso significó en conversaciones entre nosotras.
Protesta contra la violencia contra las mujeres, Bogota, 2014
En el Museo Botero, como no, la vena histriónica de Magaly “Pi” nos hizo reir mucho con las comparaciones entre las gorditas musas del pintor y ella misma. Se escuchaban nuestras carcajadas en el silencio de las salas de exposición era imposible detenerla y a nosotras, Gloria y yo.
Cómo me arrepinto de no haber compartido con mi tocaya mis impresiones sobre lo divertido que ha sido su intervención en una oficina del Foro de Organizaciones Feministas, en Santo Domingo, sobre indicadores del uso de internet por las mujeres en nuestra región. Ella decía que a las computadoras, los tablets, los celulares en fín la internet no se debería tener miedo o – ¡peor! – pereza. Que las mujeres habían que meterse con eso especialmente las mayorcitas, porque las jovencitas “ya estaban” aunque necesitaban garantizarles espacio y derechos. Que no se podía tener miedo a lo nuevo igual a no tener miedo al propio cuerpo. ¡Ah si…! Las mujeres muchas veces no conocen sus cuerpos, no lo disfrutan, no conocen el placer por no conocer a si mismas. Y de ahí empezó a platicar sobre el placer en general y el placer sexual que podía ser el placer de manejar algo nuevo. Tuítear, llegar a la gente, hacer una mobilización relámpago, comunicarse instantáneamente a través de un aparatito de pocas pulgadas era como un orgasmo. Y el orgasmo es mágico y empoderador. El orgasmo proporcionado a si misma… siguió hablando como hacerlo con las punticas de los dedos cuidando para que las uñas no les dañe la experiencia. Y de cómo eso salvó su casamiento cuando Fafa estaba en la cárcel.
Sin saberlo Magaly “Pi” se conectó a un grupo de mujeres muy jóvenes que en Brasil hace unos 10 años desarrollaban oficinas sobre computadoras y “servidoras feministas” comparándolas con los cuerpos femeninos en un proceso metafórico de la vagina. Era un ejercicio de vitalidad y reapropiación de la historia de la computación, de lo entrañado que esta historia está con los cuerpos y la inteligencia de las mujeres desde Ada Lovelace hasta ENIAC y los días actuales y que ha sido borrada a lo largo del siglo XX.
Magaly era desconcertante mientras luchaba por los derechos políticos, sociales, económicos, sexuales y reproductivos de las mujeres. Como dijo Sonia Correa: “Magaly Pineda ha dejado un legado intelectual y político único y ha sido inspiración para muchas generaciones feministas en la región y en el mundo”. Y así se pasaron esos días de su despedida con nosotras recordando su gran fuerza de vivir, el alegrón que llevaba en el pecho y la capacidad de reirse de todo. Celita Echer comentó que seguro Magaly estaría a carcajadas con la confusión de las personas rindiéndole mensajes de adiós emocionados y luego las disculpas al saber que ella no se había ido. Ella tenía tantas ganas de vivir y lo hizo con tanta propiedad que para irse tuvo que morir dos veces como un personaje novelesco y muy lentamente y en la Pascua, esa fecha que simboliza la vida (eterna que de broma podría decir que se trata del “Pi” de su nombre). Para finalmente su último suspiro terrenal culminar con el Día Internacional de la Juventud… es un chiste de Magaly ¡no!
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